Los balames son guardianes de los cuatro puntos cardenales. Son ancianos altos, de largar barbas, de una mirada intimidante. Aunque no tienen alas pueden volar a gran velocidad. Visten una larga túnica, sandalias y sombrero. Pueden ser buenos o malos. Cuidan las milpas de quienes les hacen ofrendas y descuartizan y comen los niños de quienes los ignoran. Se comunican a través de fuertes silbidos que los oídos humanos no pueden soportar. Luchan contra las fuerzas sobrenaturales que quieren dañar a los hombres que protegen. La fuerza de su poder se demuestra en las ramas de árboles destrozados y las grietas abiertas en la tierra.