Por todos lados hay pequeñísimos seres vivos llamados microorganismos que no se pueden ver a simple vista, pero provocan enfermedades muchos son de vida libre y otros son benéficos para el ser humano y otros seres vivos.
Los microorganismos son de diferentes tipos, formas y tamaños.
En la historia de la humanidad se han registrados enfermedades masivas como la peste bubónica que fue provocada por una bacteria de la rata. En México por ejemplo, hace algunos años el cólera se extendió y provocó la muerte de varias personas.
La tifoidea, el cólera y otras enfermedades provocadas por varias bacterias se han investigado con mayor precisión gracias al uso y al desarrollo de un instrumento llamado microscopio. Otro ejemplo de enfermedades provocadas por estos microorganismos son la tuberculosis y la neumonía.
Los microscopios nos permiten ver a detalle las características de lo que se está observando a aumentar su tamaño real, por ello se utiliza como una herramienta en diferentes aplicaciones. Por ejemplo, en la medicina para detectar los microorganismos que causan las enfermedades y realizar intervención quirúrgicas de precisión, en la biología para observar las características microscópicas de los seres vivos y en la geología para distinguir los minerales que componen las rocas.
Observar a través del microscopio es como asomarse a un mundo increíble que está ahí pero no lo podemos ver a simple vista.
A mediados del siglo XVII un comerciante holandés llamado Antón Leeuwenhoek al utilizar un microscopio simple de fabricación propia, describió por primera vez en la historia protozoarios, bacterias, espermatozoides y glóbulos rojos.