Nació en Ulm (Alemania) el 14 de
marzo de 1879, y pasó su juventud en Munich, donde su familia poseía un pequeño
taller de aparatos eléctricos. Ya desde niño mostró curiosidad por los fenómenos
de la naturaleza y una gran capacidad para las Matemáticas.
Cuando tenía 15 años, y después de
que el negocio quebrase, su familia se trasladó a Milán (Italia), donde pasó un
año sin asistir a la escuela. En 1896 viajó a Suiza, donde terminó los estudios
de Secundaria e ingresó en el Instituto Politécnico Nacional de Zurich.
En 1900 se graduó como maestro de
Matemáticas y Física, y durante los dos años siguientes trabajó dando clases
particulares y como profesor suplente. En 1902 consiguió un trabajo estable como
examinador en la Oficina Suiza de Patentes en Berna, donde permaneció cuatro
años.
Mientras estaba allí empleado, en su
tiempo libre escribió sus primeros artículos, que le hicieron destacar entre la
comunidad científica. Esto le llevó a la Universidad de Zurich, donde obtuvo el
título de doctor en Física (en 1905) y posteriormente fue nombrado profesor (en
1909). En 1913 fue nombrado director del Instituto de Física Kaiser Guillermo en
Berlín.
A partir de 1919, Einstein recibió
el reconocimiento internacional y acumuló honores y premios de distintas
sociedades científicas, incluido el Nobel de Física en 1921. Sus visitas a
países de todo el mundo eran un acontecimiento; le seguían fotógrafos y
periodistas.
Durante la I Guerra Mundial,
Einstein fue uno de los pocos académicos alemanes que condenaron públicamente la
participación de Alemania en el conflicto. Después de la guerra siguió con sus
actividades pacifistas y sionistas (en favor de los judíos), por lo que fue
blanco de los ataques de distintos grupos alemanes. Sus teorías llegaron a ser
ridiculizadas en público, especialmente la de la relatividad.
Cuando Hitler llegó al poder en
1933, Einstein abandonó Alemania y emigró a Estados Unidos, donde ocupó un
puesto en el Instituto de Estudios Superiores en Princeton, Nueva Jersey. Siguió
con sus actividades en favor del sionismo, pero abandonó su postura pacifista
anterior, a la vista de la amenaza que suponía para la humanidad el régimen nazi
en Alemania.
En 1939 participó junto con otros
físicos en la redacción de una carta dirigida al presidente de los Estados
Unidos, Franklin D. Roosevelt, en la que se pedía la creación de un programa de
investigación sobre la energía nuclear. La carta, que solo iba firmada por
Einstein, consiguió acelerar la fabricación de la bomba atómica, en la que él no
participó ni supo de su finalización. En 1945, cuando ya existía la bomba,
volvió a escribir al presidente para intentar disuadirlo de utilizar el arma
nuclear.
Después de la guerra, Einstein se
convirtió en activista del desarme internacional y de la paz mundial, y siguió
contribuyendo a la causa del sionismo, pero rechazó una oferta de los líderes
del Estado de Israel para ocupar el cargo de presidente.
Murió el 18 de abril de 1955 en
Princeton.
SU TRABAJO CIENTÍFICO
Su contribución más famosa a la
ciencia fue la teoría de la relatividad, que describe la relación que
existe entre el espacio y el tiempo. Demuestra que, en función de la velocidad
que lleve un observador, el tiempo puede transcurrir más despacio o más deprisa,
y que el espacio puede “encogerse” o “estirarse”.
Asimismo demuestra que, cuando un
cuerpo alcanza una velocidad similar a la de la luz (¡300.000 kilómetros por
segundo!), su masa equivale a una gran cantidad de energía, que viene dada por
la fórmula E = m·c2, siendo c la velocidad de la
luz.
Basándose en la teoría general de
la relatividad, Einstein pudo entender las variaciones hasta entonces
inexplicables en el movimiento de rotación de los planetas, y logró predecir la
inclinación o desviación que sufre la luz de las estrellas al aproximarse a
cuerpos como el Sol. La confirmación de este fenómeno durante un eclipse de Sol
en 1919 fue toda una noticia y su fama se extendió por todo el mundo.