Isabel II era hija de los reyes
españoles Fernando VII y María Cristina de Borbón. Nació el 10 de octubre de
1830, en Madrid. Su nacimiento provocó problemas dinásticos por la sucesión, ya
que hasta entonces el heredero del trono era el hermano de Fernando VII, Carlos
María Isidro de Borbón, quien no aceptó a Isabel como reina.
Con Isabel II, España vivió la
transición de un Estado absolutista a otro liberal. Veamos las principales
etapas de su reinado y de su vida.
MINORÍA DE EDAD. LAS REGENCIAS (1833-1843)
Cuando Fernando VII murió, en
1833, Isabel era aún muy pequeña (tenía solo tres años de edad). Por eso, aunque
desde entonces tuvo el título de reina, el gobierno, durante algunos años,
estuvo en manos de dos regentes: la primera fue su madre, María Cristina de
Borbón (1833-1840), y luego, el general Baldomero Fernández Espartero
(1840-1843). A continuación conocerás algunos importantes acontecimientos
ocurridos durante esos años.
- Primera Guerra Carlista (1833-1840), que finalizó con la victoria de las tropas liberales favorables a Isabel II. Durante el siglo XIX, estas guerras enfrentaron a los partidarios de los derechos al trono de Isabel II con los carlistas, que defendían los de Carlos María Isidro de Borbón (y luego, de sus descendientes).
- Promulgación del Estatuto Real (1834), similar a una Constitución.
- Leyes desamortizadoras de Juan Álvarez Mendizábal. Primer ministro entre 1835 y 1836, este liberal progresista intentó reducir el número de tierras que se encontraban en ‘manos muertas’ (principalmente, de la Iglesia), es decir, fuera del libre mercado.
- Sublevación de La Granja (1836). El definitivo impulso de las políticas liberales comenzó tras una rebelión de los sargentos de la Guardia Real en la localidad segoviana de La Granja.
- Promulgación de la Constitución de 1837, de carácter progresista.
LA DÉCADA MODERADA (1844-1854)
En 1843, al cumplir trece años,
Isabel II fue declarada mayor de edad. A partir del año siguiente, y durante una
década, el Partido Moderado (uno de los dos partidos liberales de la
época; el otro era el Partido Progresista) consolidó un sistema político en el
que solo una minoría de ciudadanos tenía derechos políticos. Ese sistema fue
expresado por la Constitución de 1845, de carácter conservador o
moderado. La principal figura política del periodo fue el general Ramón María
Narváez.
Durante estos años tuvo lugar la
segunda Guerra Carlista (1846-1849), que finalizó también con la victoria
de las tropas de Isabel II sobre las de los partidarios de la otra rama de la
Casa de Borbón.
EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)
En 1854, la Vicalvarada, un
famoso pronunciamiento (así es como se llama a las rebeliones militares del
siglo XIX español; hoy hablaríamos, realmente, de golpe de Estado), condujo de
nuevo al poder al Partido Progresista. Su principal dirigente, Espartero,
regresó así al primer plano. Lo más trascendente de cuanto ocurrió en este
periodo fue, sin duda, la desamortización llevada a cabo en 1855 por el ministro
de Hacienda, Pascual Madoz.
ÚLTIMOS AÑOS DEL REINADO (1856-1868)
Aunque Narváez volvió al poder
durante el bienio 1856-1858, la Unión Liberal, un nuevo partido creado en
torno a la figura del general Leopoldo O’Donnell, se convirtió en el
principal apoyo político de la reina.
Tras unos años de relativa
estabilidad social (1858-1863), a partir de 1864 el reinado de Isabel II entró
en una crisis que sería definitiva. Nuevos grupos sociales que adquirían cada
vez mayor importancia (como la clase media y la obrera) pedían profundos
cambios. La respuesta desde el poder fue resistir por la fuerza, incluso por
medio de la represión, sobre todo cuando Luis González Bravo llegó a la
presidencia del gobierno en 1868.
La batalla de Alcolea (28 de
septiembre de 1868) facilitó el triunfo de la revolución que destronó a Isabel
II. Esa revolución de 1868, también llamada la Gloriosa, inició un
nuevo periodo de la historia de España, el Sexenio Democrático
(1868-1874).
EXILIO Y MUERTE DE ISABEL II
Al ser derrocada, Isabel II se
exilió en la ciudad francesa de París, donde vivió hasta su muerte, el 9 de
abril de 1904. Antes, en 1870, para facilitar el regreso de la Casa de Borbón al
trono español, había abdicado (cedido sus derechos) en su hijo, el futuro
Alfonso XII. Con éste se inició, en diciembre de 1874, el periodo
histórico español de la Restauración.